Bali en un mercvadillo local donde pude comprar material para mis cazaadoras muy diferentes a los vistos en España

BALI EN CADA PUNTADA: CÓMO ESTE VIAJE CAMBIO MI VIDA

A veces, la vida nos lleva a lugares inesperados que nos transforman por completo. En marzo de 2024, mi vida estaba en un punto de inflexión. Después de años liderando empresas y gestionando equipos en el sector energético, sentía que había alcanzado la cima profesional, pero algo faltaba. La creatividad, esa chispa que siempre me había acompañado desde pequeña, parecía apagada. Decidí que era el momento de hacer una pausa, tomar aire y buscar claridad.


Así que me fui a Bali.

Lo curioso es que no fui sola; viajé con dos amigos que no se conocían entre sí. Fue una decisión espontánea, pero como tantas cosas en la vida, resultó ser perfecta. Desde el momento en que pisé la isla, sentí algo diferente. Bali no es solo un lugar; es una energía. Una energía que te envuelve, te conecta con lo esencial y te obliga a mirarte al espejo con honestidad.

Durante los días que estuve allí, paseando entre arrozales, templos y mercados de telas vibrantes, algo en mí despertó. Me di cuenta de que la esencia de mi vida no estaba en los premios, en las cifras ni en los logros corporativos. Todo lo que había aprendido, las caídas, los éxitos, los desafíos y las lecciones, era valioso, pero lo más importante era lo que siempre había estado conmigo: mi creatividad.

En Bali, encontré la inspiración para un proyecto único: los Jumpsuits de la colección Jegeg. Estas piezas, confeccionadas con telas exclusivas de la isla y trabajadas a mano por costureros locales, fueron el primer paso hacia lo que hoy es Miara. Diseñar los Jegeg me hizo recordar lo mucho que disfruto creando y me enseñó a transformar la energía de un lugar en prendas que cuentan historias. Fue allí donde nació la idea de crear algo más grande, algo que uniera mi experiencia profesional con mi esencia creativa.

Ese viaje no solo marcó el inicio de Miara; marcó mi renacer. Aprendí a valorarme de nuevo, a reconocer que mi historia y mi energía son únicas y que eso es lo que puedo transmitir a los demás. Las cazadoras personalizadas de Miara no son solo ropa; son mi forma de contar historias, de transformar experiencias en arte y de compartir la energía que descubrí en Bali con cada persona que las lleva.

Hoy, cada puntada que se cose en una cazadora de Miara tiene un poco de esa isla mágica. Cada diseño es una celebración de la creatividad, la autenticidad y las lecciones de la vida. Porque, al final, la moda no es solo lo que llevas, sino cómo eliges vivirla.

Gracias por acompañarme en este viaje.

Puedes ver parte de el en este enlace.

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